En Amberes, una mujer vendió su alma al demonio y arrepentida, buscó a un sacerdote para que le ayudara a ser liberada del espíritu infernal. Cuando después de muchas peripecias logró dar con él, este le animó a rezar con mucho fervor el Santo Rosario, asegurándola que la Virgen acudiría en su auxilio, cosa que ocurrió inmediatamente.
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