Nuestro Señor Jesús, en las revelaciones a Santa Faustina, desea que todos los días se honre aquel momento de su agonía en la Cruz, por esto nos pide a todos:
El
origen de esta devoción es muy reciente y se debe a Sor
María Faustina Kowalska. Elena Kowalska, nació
en Glogowice en 1905, cerca de Cracovia, en Polonia. Unas pocas
semanas antes de su vigésimo cumpleaños, entro
a la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora
de Misericordia con el nombre María Faustina. A partir
de 1931 y hasta 1938, año de su muerte, sor Faustina,
tuvo una serie de revelaciones de Jesús la cuales dejó
por escrito en un diario compuesto por más de 600 páginas.
Durante casi veinte años esta devoción estuvo prohibida,
pero desde el 15 de abril de 1978 la Santa Sede dio su autorización
a la práctica de la devoción. Fue beatificada el
18 de abril de 1993 por S. S. Juan Pablo II y proclamada santa
el 30 de abril de 2000. La fiesta de la misericordia se celebra
el domingo siguiente al de Pascua de Resurección.
La encíclica sobre la
misericordia divina ("Dives in misericorida", 30 de
septiembre de 1980) subraya como función principal de
la Iglesia proclamarla, practicarla y pedirla. El 22 de septiembre
de 1981 el Papa Juan Pablo II dijo en el Santuario del Amor Misericordioso,
sito en Collevalenza (Italia): "Desde el principio de mi
Pontificado he considerado este mensaje como mi cometido especial.
La Providencia me lo ha asignado".
“Es una hora de grande misericordia para el mundo entero”.
“En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los meritos de mi Pasión…”
Es un momento dedicado a meditar sobre su Pasión dolorosa,
porque precisamente en ella apareció de un modo más pleno y más claro el amor
de Dios para todos los hombres.
Jesús desea que se le adore y se exalte la misericordia de
Dios y que por los méritos de Su Pasión se pidan gracias tanto para sí mismo
como para el mundo entero y sobre todo, para los pecadores.
Así exhortaba Jesús a Santa Faustina:
“En esta Hora, trata de celebrar el Vía Crucis si tus
obligaciones te lo permiten y si no puedes rezar el Vía Crucis, entra por lo
menos a la capilla y ora por un momento y honra Mi Corazón que está lleno de
misericordia en el Santísimo Sacramento. Y si no puedes acudir a la capilla,
haz por lo menos una oración por breves momentos en el lugar en el que te encuentres”
Se debe tener en cuenta que la Hora de la Misericordia está
ligada a las tres de la tarde y debe ser dirigida a Jesús y que la materia de
oración y reflexión que nos ocupa es la muerte de Jesús. Puede utilizarse una
reflexión o varias, según el tiempo del que se disponga. Al iniciar, estando de
rodillas ante el Santísimo Sacramento, se hace la invocación que se indica
antes de la meditación.
Terminada la meditación se ha de realizar el Vía Crucis,
como solicita Nuestro Señor: pide expresamente que se rece si nos es posible
todos los días a las 3 de la tarde, que se recuerde a la hora en que Él murió
por todos nosotros.
Ademas una promesa:
"En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la
misericordia triunfó sobre la justicia." (Diario 1572).
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