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Nuestra Señora de She Shan - 佘山进教之佑圣母大殿


La Basílica de Nuestra Señora de She Shan (en chino: 佘山进教之佑圣母大殿), es el santuario católico más importante de China y uno de los principales lugares de peregrinación cristiana de Asia.

La basílica se encuentra en el distrito de Songjiang, al oeste del área metropolitana de la ciudad de Shanghái. El nombre She Shan deriva de un cerro al este de la ciudad donde se ubica esta basílica. A pesar de esto, el nombre original de la basílica es "Iglesia de la Santa Madre en China". Actualmente es la única Basílica menor que existe en China y está consagrada a Nuestra Señora la Virgen María Auxilio de los Cristianos, llamada popularmente "Nuestra Señora de She Shan".

Leer historia.


ORACIÓN DE BENEDICTO XVI

Benedicto XVI hizo pública la «Oración del Papa a nuestra Señora de Sheshan», Virgen venerada en el famoso santuario de Sheshan, con motivo de la Jornada de Oración por la Iglesia en China, que se celebro el sábado, 24 de mayo de 2008.
El deseo del Papa es que esta oración se rece en todo el mundo ese día, memoria litúrgica de la Virgen María, auxilio de los cristianos, venerada con esta advocación por miles de fieles en Sheshan.




ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE SHESHAN

Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
venerada con el título de «Auxilio de los cristianos» en el Santuario de Sheshan, a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China, hoy venimos ante ti para implorar tu protección.

Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal
por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre
fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.

Con el dócil «sí» pronunciado en Nazaret tú aceptaste que
el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal
iniciando así en la historia la obra de la Redención,
en la que cooperaste después con solícita dedicación,
dejando que la espada del dolor traspasase tu alma,
hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre
de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe
y lo siguen tomando su Cruz.

Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo salisteal encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable, concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación, incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.

Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China,
en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando,
para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo
al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor,
manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.



 
 

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