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¿Sigues teniendo tu signo zodiacal? "OFIUCO" nueva constelación


Ofiuco, 29 de noviembre – 17 de diciembre. (también conocido como «Serpentario», japonés へ びつかい 座 hebitsukai «mensajero de serpiente») o «El cazador de serpientes», es el nuevo signo del zodiaco.


Pese a ser claramente un signo zodiacal (de hecho, el Sol pasa más días por Ofiuco que por Escorpio), desde hace años que se "descubrio" nunca había sido aceptado como miembro del sistema de signos del zodiaco obviamente, aún no ha sido incorporado oficialmente ni tampoco se cree que se le dará lugar, se vendria abajo todo el sistema de creencias que tienen impuesto los astrologos, tiradores de cartas, etc. Practicamente a todas las personas se les cambiaría su signo del zodiaco de un plumazo y esto no es todo, las constelaciones hasta ahora son 88 porque nos las inventamos así, podrían haber sido 200 ó 40 y podrían ser muy diferentes. De hecho los chinos y los indios usan constelaciones distintas a las nuestras e igual de válidas. Todo esto no cambia nada, pero principalmente porque no hay nada que cambiar. La astrología, por más que sea una creencia y un sistema de adivinación antiquísimo, no tiene nada de realidad: ni el carácter ni los sucesos vienen determinados ni influidos por las posiciones de algunos astros en una proyección ideal del cielo que se veía hace unos 4.000 años. Lo cierto es que, como han puesto de manifiesto numerosos estudios, ni los astrólogos ni sus clientes son capaces de discriminar si un horóscopo es verdadero o falso, si se ajusta o no al perfil psicológico. Por el contrario, la gente se cree cualquier cosa que le digan a uno.

Recuerda que la astronomía es (ciencia) y la astrología es (creencia). Ni la astrología tiene que ver con el cielo ni los horóscopos funcionan más allá de ese placebo psicológico que nos permite personalizar cualquier cosa que nos cuentan de nosotros mismos. Y el problema es que, a pesar de todas estas evidencias, queremos seguir creyéndonos las tonterías astrológicas, con la colaboración de los medios de comunicación, encargados de mantener su popularidad a través de sus ridículos horóscopos (¿alguien se puede creer que una doceava parte de la población mundial va a tener un día parecido, es decir, más de 500 millones de humanos en todo el planeta haciendo ese viaje o teniendo tal discusión?). En 1998 más de 250 astrónomos y científicos españoles en el manifiesto Objeciones a la Astrología (un manifiesto que en 1976 había sido promovido en EEUU y respaldado por 18 premios Nobel):
"...ha llegado el momento de rechazar vigorosamente las afirmaciones pretenciosas de los astrólogos charlatanes y el negocio generado por las predicciones. Es claro que esas personas que continúan teniendo fe en la astrología lo hacen a pesar de que no hay ninguna base científica para sus creencias, y si una fuerte evidencia de lo contrario."
Esto es lo realmente relevante, lo que se sabe desde hace mucho, y lo que casi nunca se recuerda en los medios de comunicación. Por cierto, responsables también de que el horóscopo y la astrología siga siendo algo popular en nuestros días. Paradójicamente, hablamos del origen del Universo, de los descubrimientos de los astrofísicos con sus grandes telescopios y, acto seguido, nos presentan a alguien y le preguntamos de qué signo es, como si eso pudiera tener algo que ver ni con la personalidad ni con el cielo.
 
Catecismo de la Iglesia Católica 2116:

Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.”

Muchos creen que la garantía de ser felices radica en adelantarse al futuro, para así estar seguros de tomar siempre las decisiones correctas. Da la impresión que para conseguirse el beneficio propio, no debe haber límites, hasta valerse de lo que Dios prohíbe parece lícito.

Ya nadie quiere cargar con su cruz y la fe se va perdiendo al tiempo que la superstición incrementa. Incluso algunos católicos de Misa diaria, creen que pueden aprovecharse de Dios y del diablo: reciben la Eucaristía, pero por si las dudas visitan al brujo y al adivino. Se arrodillan frente al Santísimo y para mayor seguridad consultan también el horóscopo. Dios advierte al que busca conocer el futuro, que tendrá un trágico final. Sin embargo, aunque esa advertencia tiene garantía de cumplirse, hay personas que creen a ojos cerrados lo que dice el horóscopo o el brujo, pero no creen que Dios hable en serio.

Peca quien busca conocer el futuro donde un adivinador, así como el que quiere valerse de un profeta de Dios para satisfacer su curiosidad. ¡Cuidado! Hoy proliferan los falsos profetas. Abundan los que aseguran escuchar la voz de Jesús, de la Virgen y de los Ángeles, pero muchos de ellos están escuchando al demonio y muchos otros caen en el engaño, llegan no con la intención de convertirse,  sino por el mero deseo de ver “que les dice Dios” (Curiosidad). Al profeta se le conoce por sus frutos, solo al que vive en obediencia con Dios, en el amor y en la humildad debemos prestarle oídos y aun así, debemos discernir si lo que dijo viene de Dios, porque también un hombre santo está sujeto a equivocarse.

El cristiano confía su futuro a Dios. Sabe que Él es un Padre amoroso que conoce lo que sus hijos necesitan. Él es un Padre perfecto. A nosotros nos toca hacer nuestra parte, esforzarnos y ser valientes, así como vivir de acuerdo a lo que Él nos manda.

Un experimento 
 
La astrología, dice que la influencia de los astros sobre nosotros en el momento de nuestro nacimiento determina nuestras futuras capacidades, intereses y hechos. Más de 2.000 bebés británicos nacidos a principios de marzo de 1958 en hospitales de Londres, muchos de ellos con diferencias de minutos tan sólo en sus edades, han sido seguidos por médicos durante años.

El objetivo del seguimiento era comprobar de qué manera afectan a largo plazo a la salud cuestiones relacionadas con las costumbres, como la dieta, pero incidentalmente la inmensa masa de datos acumulada sobre este grupo a lo largo de los años ha servido para demostrar que la astrología no funciona
Según el estudio ha sido imposible encontrar ningún tipo de sesgo, preferencia o desvío en alguna dirección preferente entre los 2.000 'gemelos del tiempo', como les denomina el artículo. Si la tesis central de la astrología fuese cierta la influencia de las esferas tendría que ser común a todos ellos, o muy similar, ya que nacieron casi a la vez y casi en el mismo lugar. Tendrían que tener alguna característica o querencia parecida. Pero las completas estadísticas sobre su estado de salud y psicológico que se han acumulado durante todos estos años no muestran ninguna

El experimento es concluyente: La influencia de los astros en el momento de nuestro nacimiento sobre nuestra vida posterior es inexistente.

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