La Hna. Isabel Mª Cuesta nos habla del amor con que Dios miró a María, llenándola de su gracia. Ella resplandece con una belleza que no la ha sido nunca arrebatada. Dios quiere manifestar su gloria en el triunfo de los pobres y humildes. María es maestra de ello y nos invita a entrar en su escuela.
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