Os presentamos un programa más de 'Conociendo las Escrituras' presentado por Beatriz Ozores. En este programa retomaremos ese momento de Moisés cuando hablaba con el pueblo de Dios y estaba en éxtasis y deja al pueblo con Aaron. El pueblo, viendo que Moisés tardaba en bajar del monte, se congregó en torno a Aarón y le dijeron: –Anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros, pues de ese Moisés que nos sacó del país de Egipto no sabemos qué ha sido de él. Aarón les respondió: –Quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. (Éxodo 32, 1-2)
Todo el pueblo se quitó los pendientes de oro de sus orejas y los entregaron a Aarón. Él los recibió de sus manos, los moldeó con un cincel y, fundiéndolos, hizo un becerro. Ellos exclamaron: -Éste es tu dios, Israel, el que te ha sacado del país de Egipto. Aarón, al verlo, edificó un altar ante él y proclamó: -Mañana habrá fiesta en honor del Señor. Al día siguiente se levantaron temprano, ofrecieron holocaustos y presentaron sacrificios de comunión. Después el pueblo se sentó a comer y a beber, y luego se levantaron para divertirse. (Ex 32, 3-6) ¿Por qué “un becerro de oro”? La estatua de un toro que hizo Aarón representaba a Apis, un dios egipcio de la fertilidad. El toro es un símbolo habitual de la fuerza y el poder. También los cananeos tenían un dios de la fertilidad en forma de toro. Cuando el autor sagrado nos dice que el pueblo “se sentó a comer y a beber y luego se levantaron para divertirse”, nos está diciendo que se dieron a todo tipo de celebraciones inmorales, tal como en aquel entonces lo hacían los adoradores de otras deidades de la fertilidad.
Aarón quizá intentó salvar las apariencias de lealtad a Dios diciendo que la estatua representaba a YHWH, el verdadero Dios, pero, de hecho, el pueblo estaba adorando a un dios de la fertilidad, igual a los que habían visto en Egipto. En otras palabras, el pueblo había renunciado por completo a la alianza que acababan de hacer con Dios y a las leyes morales que iban anejas a ella. Habían vuelto a los antiguos modos de vida egipcios. ¡Y pretendieron creer que ese dios-toro era el que les había sacado de Egipto! Entonces el Señor dijo a Moisés: -Anda, baja porque se ha pervertido tu pueblo, el que sacaste del país de Egipto. Pronto se han apartado del camino que les había ordenado. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él; le han ofrecido sacrificios y han exclamado: “Éste es tu dios, Israel, el que te ha sacado del país de Egipto”. (Ex 32, 7-8) ¡No te pierdas el programa completo!
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