Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial princesa, Virgen sagrada, María, te ofrezco en este día alma, vida y corazón. ¡Mírame con compasión! ¡No me dejes, Madre mía¡
Oración de San Bernardo
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y
reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza,
a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso
de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis,
¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y
dignaos atenderlas favorablemente.
La Salve
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues,
Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos,
y después de este destierro
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Bajo tu amparo
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas
nuestras súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien,
líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.
Préstame, madre...
Préstame, Madre, tus ojos, para con ellos mirar, porque si por ellos miro, nunca volveré a pecar.
Préstame, Madre, tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame, Madre, tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y de santidad.
Préstame, Madre, tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame, Madre, tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierto con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame, Madre a tu Hijo, para poderlo yo amar, si Tú me das a Jesús, ¿qué más puedo yo desear?
Y esa será mi dicha por toda la eternidad.
Préstame, Madre, tus labios, para con ellos rezar, porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.
Préstame, Madre, tu lengua, para poder comulgar, pues es tu lengua patena de amor y de santidad.
Préstame, Madre, tus brazos, para poder trabajar, que así rendirá el trabajo una y mil veces más.
Préstame, Madre, tu manto, para cubrir mi maldad, pues cubierto con tu manto al Cielo he de llegar.
Préstame, Madre a tu Hijo, para poderlo yo amar, si Tú me das a Jesús, ¿qué más puedo yo desear?
Y esa será mi dicha por toda la eternidad.
Ejercicio de los siete dolores de la Madre de Dios
1.- La aflicción que causó a su tierno corazón, la profecía del anciano Simeón. (Avemaría.)
2.-La angustia que padeció su sensibilísimo corazón, en la huida y permanencia en Egipto. (Avemaría.)
3.-Las congojas que experimentó su solícito corazón, en la pérdida de su Hijo Jesús. (Avemaría.)
4.-La consternación que sintió su maternal corazón, al encontrar a su Hijo Jesús llevando la cruz a cuestas. (Avemaría.)
5.-El martirio de su generoso corazón, asistiendo a su Hijo Jesús en la agonía. (Avemaría.)
6.-La herida que sufrió su piadoso corazón, en la lanzada que abrió el costado de su Hijo Jesús. (Avemaría)
7.-El desconsuelo y desamparo que padeció su amantísimo corazón, en la sepultura de su Hijo Jesús. (Avemaría.)
Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que le honran diariamente, meditando sus dolores, con el rezo de siete avenarías. (Santa Brígida).
1-Pondré paz en sus familias.
2.-Serán iluminadas en los divinos Misterios.
3.-Las consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4.-Les daré cuanto me pidan, con tal que no sea opuesto a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5.-Las defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de la vida.
6.-Las asistiré visiblemente: en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre.
7.-He conseguido de mi Divino Hijo que, cuantas propaguen esta devoción, sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados y mi Hijo y Yo seremos su consolación eterna y alegría.
Oración:
Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.
2.-La angustia que padeció su sensibilísimo corazón, en la huida y permanencia en Egipto. (Avemaría.)
3.-Las congojas que experimentó su solícito corazón, en la pérdida de su Hijo Jesús. (Avemaría.)
4.-La consternación que sintió su maternal corazón, al encontrar a su Hijo Jesús llevando la cruz a cuestas. (Avemaría.)
5.-El martirio de su generoso corazón, asistiendo a su Hijo Jesús en la agonía. (Avemaría.)
6.-La herida que sufrió su piadoso corazón, en la lanzada que abrió el costado de su Hijo Jesús. (Avemaría)
7.-El desconsuelo y desamparo que padeció su amantísimo corazón, en la sepultura de su Hijo Jesús. (Avemaría.)
Ruega por nosotros, Virgen dolorosísima, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que le honran diariamente, meditando sus dolores, con el rezo de siete avenarías. (Santa Brígida).
1-Pondré paz en sus familias.
2.-Serán iluminadas en los divinos Misterios.
3.-Las consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
4.-Les daré cuanto me pidan, con tal que no sea opuesto a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5.-Las defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de la vida.
6.-Las asistiré visiblemente: en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre.
7.-He conseguido de mi Divino Hijo que, cuantas propaguen esta devoción, sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados y mi Hijo y Yo seremos su consolación eterna y alegría.
Oración:
Madre mía: Desde que amanece el día, bendíceme;
en lo rudo del trabajo, ayúdame;
si vacilo en mis buenas decisiones, fortaléceme;
en las tentaciones y peligros, defiéndeme;
si desfallezco, sálvame y al cielo llévame.
Amén.
Magnificat
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
Salve regina
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario