Expiraste, Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo. Oh, Fuente de Vida, insondable misericordia divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota. Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, manantial de misericordia para nosotros, en Ti confío.
A las tres de la tarde en punto,
implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y, aunque sea por un breve
momento, sumérgete en Mi pasión, particularmente en Mi abandono en el momento de la
agonía. Esta es la hora de la gran misericordia para todo el mundo. Yo te permitiré
entrar en Mi dolor mortal. En esta hora, Yo no rehusaré nada al alma que Me pida algo en
virtud de Mi pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario