Hijo mío, no olvides mis enseñanzas, guarda en tu corazón mis mandamientos, porque ellos te colmarán de largos días, años de vida y de buena salud” (proverbios 3, 1).
Dña. Beatriz Ozores, licenciada en Ciencias Religiosas, explica cómo Jesucristo —ya en su nacimiento en Belén— es sacerdote, profeta y rey. Y va desgranando el significado teológico del capítulo segundo de San Lucas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario