Cerrar los ojos ante la corrupción que nos invade no sirve de nada. Si queremos acabar con ella, con esa corrupción que causa tanto daño en el mundo, mirémosle a la cara y hablemos claro, como hace el Papa Francisco.
“¿Qué hay en la raíz de la esclavitud, del desempleo, del abandono de los bienes comunes y la naturaleza? La corrupción, un proceso de muerte que nutre la cultura de la muerte.
Porque el afán de poder y de tener no conoce límites.
La corrupción no se combate con el silencio.
Debemos hablar de ella, denunciar sus males, comprenderla para poder mostrar la voluntad de hacer valer la misericordia sobre la mezquindad, la belleza sobre la nada.
Pidamos juntos para que aquellos que tienen un poder material, político o espiritual no se dejen dominar por la corrupción.”
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