Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente y los problemas nos persiguen, pero Dios no nos abandona. Las contrariedades nos hacen caer, pero no nos destruyen (2 Corintios 4,8-9).
No hay comentarios:
Publicar un comentario