Una Iglesia viva es una Iglesia en movimiento. Y los movimientos eclesiales, dice Francisco en el vídeo de este mes, producido por la Red Mundial de Oración del Papa, “son un don, son la riqueza de la Iglesia”.
Así como en Pentecostés, hace dos mil años, los apóstoles recibieron el don de anunciar la Resurrección en diferentes lenguas, también hoy los movimientos y grupos eclesiales explica el Papa hablan “lenguas diferentes” y con creatividad “redescubren cada día, en su carisma, nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio”.
Redescubren cada día en su carisma nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio.
¿Cómo lo hacen? Hablando idiomas diferentes, parecen diferentes, pero es la creatividad que crea esas diferencias. Pero entendiéndose siempre y haciéndose entender.
Y trabajando al servicio de los Obispos y las parroquias para evitar cualquier tentación de encerrarse en sí mismos, que este puede ser el peligro, ¿no?
Manténganse siempre en movimiento, respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy.
Manténganse en la armonía de la Iglesia, que la armonía es un don del Espíritu Santo.
Oremos para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio”.
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